
Ha sido una jornada muy enriquecedora y de alto nivel la que se vivió este miércoles en Desvío Arijón, ya que hubo una visita internacional y se presentó una idea que se viene trabajando en laboratorio con el Conicet para cambiar los paradigmas de uso de plantas en la producción de frutillas.
Este miércoles hubo una doble convocatoria al complejo “La Hueya” de Barrio Papelera, Desvío Arijón, para productores, empresarios e industriales frutilleros. Por un lado, dar a conocer formalmente que se conformó un equipo entre la Bioquímica Raquel Chan, investigadora del Conicet y especializada en biotecnología vegetal, la científica Elina Welchen, biotecnóloga e investigadora del IAL-Conicet y cofundadora de Mujeres Plantólogas Argentinas del Mundo y en cuanto a la parte privada Laureano Delarmelina, el creador de la fundación MAS –Muchas Acciones Suman-, y empresario frutihortícola.
Delarmelina había aclarado que “este proyecto es una actividad de investigación que está llevando adelante un gran equipo de científicos, ya empezó con sus tareas” y explicó que “pudimos hacerlo porque en un concurso de innovación presentamos un proyecto y parte de la financiación ya fue recibida para empezar a producir plantas de frutillas bajo receta incubada, que tiene varias etapas”. Esto es, que en Coronda y zona se podrían producir plantines o plantas madre que se elaboran en zonas frías, manteniendo ese micro clima a través de una experiencia científica.
Por otra parte, el productor presentó a Rupert Hargreaves, titular de la empresa Global Plants Genetics, quien dio una charla sobre el programa de Campus Davis de la Universidad de California vinculado con variedades de frutillas que se podrían empezar a utilizar en Coronda y el cordón frutillero que completan Arocena y Desvío Arijón.

“Se planta un ladrillo y sale una planta”
En la convocatoria estuvieron entre otros los integrantes del equipo de investigación Raquel Chan, Elina Welchen, el vicepresidente de la comuna de Desvío Arijón Gustavo Coggiola, el intendente de Coronda y además productor de frutillas, Ricardo Ramírez, junto a la subsecretaria de Producción Lic. María Belén Sierra. También la secretaria de Ciencia de la Provincia, Érica Hynes, la concejala y quintera Mariana Solis, y el Senador Dr. Leonardo Diana. La actividad fue declarada de interés comunal y Hargreaves fue recibido como visitante ilustre.
Durante su alocución, Delarmelina manifestó que “en la Argentina plantamos un ladrillo y nace una planta. Y eso es real, tenemos todos los climas, muchas regiones, la idiosincrasia de la frutilla, y somos importadores de enormes cantidades de dólares todos los años para tener plantas madres para que los productores tengan sus plantines”. Entonces: “Por qué hay enormes problemas que son transmitidos de plantas que no hacemos nosotros. Pagamos royalties de plantas con más de 30 años, y sin embargo no son resistentes a las enfermedades”.
Luego sostuvo que “el quintero importaba las plantas madres, qué hacer cuando a un productor se le moría el 35% de sus plantas. Por qué no poner plantas resistentes a las enfermedades. En Europa se producen 4 kilos por planta. Quizás no lleguemos a 4, pero podríamos tener 2. En Argentina se producen 800 gramos por planta, no existe eso en ningún lugar del mundo”.
Delarmelina, con gran experiencia en viajes internacionales y de conocimiento de lo que hace la Universidad de California y emplazado con el Vivero Altus que comparte con Juan Vilar, reflexionó acerca de que “la economía regional de la frutilla es vital para un montón de gente. Por ejemplo, estuve en China. Comí una albahaca, el chino me dijo que era de Toscana, la albahaca no se enteró nunca porque se le creó el clima arriba de la pasta. Producir una planta que va a creer que está en la Patagonia argentina y esté en Colombia o en Argentina es posible”.
Consultado acerca de que hasta hoy los plantines crecían sólo en zonas frías como Neuquén o Chubut, el productor remarcó que “investigación de por medio no se revierte el frío, sino que el frío es otorgado de otra manera y las plantas se reproducen de otra manera. Altus se llama el laboratorio que disponemos, y allí hay distintas alternativas para llegar a una producción, y luego inducirlas a que florezcan, lo que estará a cargo de la Doctora Chan”.
Finalmente, el empresario manifestó que “vamos por plantas nucleadas in vitro de la Universidad de California, generadas para que empecemos a trabajar un protocolo para micro preparar plantas en laboratorio y que la planta se produzca en California y llegue a Coronda”.

Visita internacional
En su disertación brindada en inglés, con intérprete y un sistema de auriculares para todos los presentes para que reciban la traducción en tiempo real, Hargreaves indicó que “con Global Plants Genetics vamos por nuevas variedades de frutillas para Argentina y el mundo, tratando de eliminar la influencia de las pestes con políticas de calidad y marketing”.
La empresa cuenta con 254 patentes, 98 licencias en 25 países, 131 acuerdos de pruebas en 23 naciones acerca de la producción de berries. “Manejamos el 81% del consumo de frutillas de Estados Unidos y desde 2020 tenemos licencias en América Latina”.
El expositor explicó sobre la posibilidad de disponer en Argentina de nuevas variedades como por ejemplo “Mojo que florece más rápido, Potola que contiene más sabor y resiste mejor a las pestes, Eclipse que se trabaja para mejorar los rindes por planta en un 29%, Royal Royce de gran rendimiento y Valiant que es vigorosa y genera más cantidad de fruta por planta”.
Publicado en el diario El Litoral
Fotos Adela Cruzado
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