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EL INSTITUTO DEL PROFESORADO SE APRESTA A CELEBRAR EL DÍA 17, SUS 60 AÑOS DE CALIDAD EDUCATIVA SUPERIOR

Es una historia que tiene muchas fechas y un orgullo que se mantiene bien en lo alto, más aún porque el próximo 17 de abril el Instituto Superior del Profesorado Dr. Leopoldo Chizzini Melo celebrará sus 60 años de existencia educativa.

En las próximas horas se dará a conocer el cronograma de actividades de la celebración del sexagésimo aniversario de la entidad, pero adelantamos que el acto oficial será en la sede del Instituto el próximo miércoles 17 a las 17 horas.

Precisamente el lugar se convirtió en emblemático desde 2022 cuando comenzaron a dictarse las clases allí de manera alternada con la ex Escuela Normal donde funcionó durante tantos años.

Es que el 8 de junio de 2018 comenzaron a demoler la vieja estructura del ex Hotel Victoria, de San Martín y Rivadavia. El 8 de noviembre se presentó el proyecto para ubicar allí el edificio propio del Instituto Superior del Profesorado N° 6 Dr. Leopoldo Chizzini Melo. El 4 de diciembre se presentaron cuatro oferentes en la apertura de sobres de la licitación y la empresa Pirámide tiempo después fue declarada la adjudicataria de la obra.

El 21 de diciembre de 2021 la empresa constructora dio por finalizada la obra más allá de algunos detalles que luego hubo que cumplimentar por cuestiones de seguridad.

Pero el origen del instituto está en la entonces Escuela Normal “José E. Galisteo” no sólo porque las clases se dictaron siempre hasta 2022 allí, sino porque del seno de la directiva de la escuela de San Martín al 1100 nació la idea de un instituto del profesorado.

Los orígenes

Es que en la década del 60, había necesidad de profesores, ya que muchos pueblos necesitaban la continuidad de la educación de los jóvenes, con vistas al ingreso a la Universidad, o para asegurar su desempeño laboral. En esos años además se seguían abriendo escuelas comerciales, y las cátedras quedaban a cargo de maestros con experiencia o profesionales no docentes, por lo cual se comprobó la necesidad de formar profesores en forma urgente.

Después de muchos viajes y entrevistas de personalidades corondinas con funcionarios provinciales, el 23 de enero de 1964, el Consejo de Educación, presidido por Ariel Herrera, por resolución Nº 6.496, dispuso solicitar que “se cree un Instituto Superior conforme a las normas establecidas en el decreto 9.028/63, en la localidad de Coronda, el que funcionará en el local de la Escuela Normal Nº 1. Luego se solicitó entrevista con el gobernador Aldo Tessio, quien los recibió con su reconocida respetuosidad y explicó que no se podía cumplir con la solicitud antes mencionada porque no se había incluido en el presupuesto del año iniciado.

No obstante quedaba un solo camino: comenzar con su funcionamiento ad honorem. No fue fácil este recorrido, y el 13 de abril de 1964, mediante decreto Nº 2.905/64 del gobierno de la provincia se designó como directora organizadora a la Prof. Alcira Marioni Berra y como secretaria a la Srta. Edda Raimondi. El día 17 de abril comenzaron las clases y de ahí en adelante esta historia sumó ya 60 capítulos.

Quién fue Chizzini Melo

Don Polo, como lo recuerdan a Leopoldo Chizzini Melo quienes fueron sus alumnos o tuvieron oportunidad de gozar de su amistad, nació en Gualeguay (Entre Ríos) un 30 de abril de 1913. A los 4 años se traslada con su familia a la ciudad de Rosario, donde su padre funda y es director de la Escuela Normal del Profesorado Nº3.

Siendo ya adulto, obtuvo el título de abogado en la Universidad Nacional del Litoral. Siguiendo una tradición de educadores, ejerció como profesor en casi todos los colegios secundarios de Santa Fe. Aún sus alumnos recuerdan sus amenas y enriquecedoras lecciones. También funda Odar, la primera organización de audiciones radiales en Santa Fe, en LT9, que le permitió trabajar junto a Roca Soler organizando programas de literatura. También pudo participar de programas en LT 10.

Sus obras encontraron eco en las páginas de El Litoral, desde 1934. Junto a López Rosas, Brascó y Birri, entre otros, crean el grupo Espadalirio en 1945. Participó en las tres fundaciones de la Asociación Santafesina de Escritores (Asde) junto con Gianello, Busaniche, Storni, Di Filippo, López Rosas, Pagés Sellarés, etc.

Desde muy joven participó en la política de Santa Fe. En los cargos que ocupó, entre ellos secretario general de la Dirección General de Educación y luego secretario general del Consejo General de Educación, cuando sólo tenía 23 años, presidente del Patronato de Menores, siempre tuvo como eje su preocupación por la formación de los jóvenes con la esperanza de construir un mundo mejor a través de la educación. Soñaba con elevar el nivel social de las personas por medio de su acceso a la cultura y al trabajo digno.

Supo expresar en su obra literaria esa valoración de los “olvidados de siempre”. Tacuara y Chamorro, los protagonistas en Coronda de su libro del mismo nombre, eran dos niños “aquerenciados” en una estancia que aprendían a disfrutar de una realidad compleja que ellos hacían simple. El personaje de su libro “Mincho” también fue un niño que vivió bajo la protección de las tías de Diamante. Con gran habilidad supo retratar la cotidianeidad que vivió en su ambiente familiar y característico de la época.

Recibió premios literarios por sus obras, y en particular por “Los oscuros remansos”, y tuvo la romántica actitud de regalarle “Regalo de bodas” a su esposa Virucha, quien se enamoró de él siendo su alumna.

En la década del ‘50, fiel a sus inclinaciones docentes, logra viajar a Europa para estudiar modernas técnicas didácticas, particularmente en España. Lleva una representación ad honorem del gobierno para “investigar técnicas, métodos y programas educativos”. Además, dio conferencias sobre escritores argentinos en el salón de periodistas en Vigo en 1953, las que repitiera en Francia, Portugal, Suiza, Italia (en Florencia), Inglaterra y Holanda. También fue invitado a disertar en Chile y Uruguay.

En la década del ‘60 dirigió el diario Santa Fe, de corta duración. “Tacuara y Chamorro” se hizo película bajo la dirección de Catrano Catrani. En la misma debutó Sandro como actor en un papel secundario y participaron muchos habitantes de Coronda. Y es en esa ciudad donde se refugió en los últimos años de su vida. Aunque jocosamente escribiera en la primera edición Mincho, “…cada vez que alguien me pide un resumen de lo actuado en mi vida, pienso en que debo estar un poco muerto”. Sabemos que las personas sólo mueren cuando las olvidamos. Chizzini Melo logra a través de la importante simbiosis del espíritu docente con el de escritor, trascender los tiempos de la mano de quienes fueron sus alumnos o de aquellos que sueñan a través de su pluma con el patronato del instituto que el miércoles próximo cumplirá nada más y nada menos que 60 años de vida.